Gestión de incidentes de ciberseguridad: cómo responder y actuar frente un ataque informático

La gestión de incidentes es clave para mitigar daños y proteger tu empresa.


Estar a salvo de sufrir un ataque cibernético es, a día de hoy, algo prácticamente imposible. Los delincuentes siempre van un paso por delante de quienes nos ayudan a protegernos y resulta inevitable estar al cien por cien libre de caer en sus redes. Y las empresas no son ajenas a ello. De hecho, según datos del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), en 2024 se registraron 31.540 incidentes a empresas, incluyendo pymes, micropymes y autónomos.

Por ello, tener un plan de gestión de incidentes resulta fundamental para resolver cualquier incidente de ciberseguridad que pueda sufrir nuestra empresa. Además de conocer en qué consisten estos planes, en el presente artículo se analiza, entre otras cosas, cómo actuar frente a un ataque informático, las herramientas y recursos para una gestión eficaz de incidentes, o la importancia de contar con un ciberseguro para mitigar las consecuencias de un ciberataque.

¿Qué es la gestión de incidentes de ciberseguridad?


La gestión de incidentes de ciberseguridad consiste en el diseño de un plan para afrontar cualquier tipo de incidente de seguridad cibernética que pudiera sufrir nuestra organización en el futuro. Tener claramente definido un plan de actuación y estar preparado ante un ataque resulta fundamental para paliar, en parte, los posibles daños que pudiera causar.

El objetivo principal de la gestión de incidentes es tener preparada la estrategia y los pasos a seguir en caso de un ciberataque. En definitiva, saber cómo actuar frente a ello para minimizar su impacto cuantitativo y cualitativo en los sistemas informáticos de la empresa.

¿Cuáles son las fases en la gestión de incidentes de ciberseguridad?


Un adecuado plan para la gestión de incidentes de seguridad debe contar con varias fases. Entre ellas, se podrían encontrar:

  1. Preparación: políticas y formación. Consiste en elaborar un plan de actuación, estableciendo las políticas a seguir en caso de incidencia y que cuente con el diseño de la formación de todo el personal implicado en caso de su aplicación.
  2. Detección y análisis del incidente. Detectar con la mayor antelación posible un ciberataque es crucial para su resolución. Para ello, un monitoreo continuo ayuda a prever estos ataques y, en caso de producirse, su análisis puede ser más sencillo y ayudar a priorizar las acciones a llevar a cabo.
  3. Contención y mitigación. En esta fase se debe diseñar una estrategia que evite la propagación del daño. Acciones como aislar los sistemas afectados, cambiar credenciales o restringir el acceso a usuarios contribuyen a aislar la zona afectada.
  4. Erradicación del ataque. Para ello, es necesaria la coordinación de las partes implicadas en la resolución del problema. Definir las personas o equipos que deben intervenir, coordinar las acciones con proveedores externos especializados o recopilar pruebas son algunos de los pasos a seguir.
  5. Recuperación y restauración de sistemas. Una vez solventada la incidencia y eliminados los elementos maliciosos, es necesario restaurar los sistemas. Para ello, se ha de contar con copias de seguridad realizadas previamente al ataque.
  6. Lecciones aprendidas y mejora continua. Finalmente, todo incidente ayuda a revisar los sistemas de seguridad implantados y a tomar medidas a futuro para que no se vuelvan a producir. Ello no evitará futuros ataques de distinta índole, pero sí contribuirá a mejorar la protección y la capacidad de reacción ante hechos de este tipo.

Cómo actuar frente a un ataque informático paso a paso


Frente a un ataque informático es recomendable establecer unas pautas de actuación, como pueden ser:

  • Mantener la calma. Tomar decisiones precipitadas puede contribuir a empeorar el problema. Es necesario actuar de forma reflexiva ante este tipo de hechos.
  • Activación del protocolo de gestión de incidentes, involucrando a las personas necesarias. En el plan de actuación deben estar definidas las figuras que deben intervenir en un primer momento, y posteriormente.
  • Identificar el tipo de ataque. Fundamental para establecer las medidas a tomar, ya que no todos los incidentes requieren la misma resolución.
  • Evaluar la situación. Es importante identificar la gravedad del hecho, registrando los datos recopilados y revisando los sistemas.
  • Activar el plan de respuesta. Una vez identificado el problema, se activa el plan de respuesta correspondiente al mismo.
  • Contención del ataque. En este punto es necesario actuar con celeridad, pero de forma segura. Con ello evitamos la propagación del problema, asilándolo en su situación actual.
  • Análisis de alcance y origen. Se evalúan las consecuencias del incidente, así como su proveniencia.
  • Erradicación de la amenaza. Una vez detectada la amenaza, se deben establecer todos los medios para eliminarla.
  • Recuperación de los sistemas. Tras la erradicación de la amenaza, el objetivo es que todo vuelva a la normalidad, recuperando los sistemas a su estado previo al ataque.
  • Notificación a proveedores, autoridades y cumplimiento normativo. La legislación obliga a comunicar, además de a las autoridades pertinentes, a todos los posibles afectados de la incidencia, ya sea personal, clientes, o terceros.
  • Evaluación de daños. Una vez solventado el problema, se debe realizar un informe con la totalidad de los daños causados a los sistemas de la organización.
  • Documentación del incidente. Todo incidente, una vez resuelto, debe finalizar con un informe detallado.
  • Revisar y actualizar las medidas de ciberseguridad. El aprendizaje obtenido de un ciberataque sirve de base para revisar y adaptar las medidas de seguridad que eviten o palíen futuros ataques.

Herramientas y recursos para una gestión eficaz de incidentes


Para una gestión eficaz de incidente cibernéticos, es fundamental contar con herramientas y recursos adecuados que permitan detectar, analizar y responder rápidamente a cualquier amenaza. En este sentido, los sistemas de monitorización y alerta son esenciales, ya que supervisan continuamente la infraestructura tecnológica en busca de comportamientos anómalos o indicios de fallos. Estos sistemas permiten una respuesta temprana al generar alertas automáticas ante eventos críticos.

Por otro lado, los Equipos de Respuesta ante Incidentes de Seguridad Informática (CSIRT) son unidades especializadas encargadas de investigar, contener y mitigar los incidentes. Su experiencia técnica y procedimientos estandarizados agilizan la resolución de problemas y reducen el impacto operativo.

Además, el uso de software y servicios especializados, como plataformas SIEM (Security Information and Event Management), firewalls avanzados, herramientas de análisis forense y servicios de ciberseguridad gestionada, fortalecen la capacidad de detección y defensa ante ataques.

La importancia del seguro de ciberriesgos en la gestión y respuesta ante incidentes


Ante el constante incremento de ciberataques que sufren todo tipo de empresas, contar con un buen seguro ayuda considerablemente a mitigar sus consecuencias. Si bien, no se erradica totalmente la posibilidad de sufrir un ciberataque, sí contribuye a que sus consecuencias sean menores.

Un seguro de ciberriesgos ofrece apoyo financiero y técnico durante y después de un ataque cibernético. Cubre gastos por recuperación de datos, reparación de sistemas y notificación a afectados. Entre otras muchas cosas, proporciona acceso a expertos en ciberseguridad para contener y mitigar el daño o supervisión en tiempo real del incidente para evitar su propagación y proteger activos críticos.

Entre las coberturas principales con las que debe contar un seguro de ciberseguridad, se encuentran: Respuesta a incidentes; Responsabilidad cibernética y de privacidad; Procedimientos legales y multas reglamentarias; Costes de Notificación y Mitigación de Violación de la Privacidad; Costes de restablecimiento de sistemas y datos; Pérdida de beneficio; o Costes de extorsión.

Además, como coberturas adicionales, se pueden contratar: Compensación por asistencia del asegurado o empleado como testigo ante los tribunales; Indemnización a los empleados; Consorcios y Joint Ventures; Gastos de publicidad; Periodo de descubrimiento; Indemnización a otras partes; o Cobertura de recompensa.

Conclusión: la gestión proactiva de incidentes como clave para la resiliencia empresarial


Como ha quedado claro, a pesar de todas las medidas que se puedan aplicar, ninguna organización está libre de sufrir un ciberataque. Pero sí existen hoy en día herramientas que ayudan a mitigarlo, como es un correcto plan de gestión contra incidentes de ciberseguridad que recoge, entre otras cosas, la manera adecuada de actuar ante un ataque.

Y, junto a ello, otra herramienta fundamental son los seguros de ciberriesgos, que, si bien no evitan tampoco los ataques, sí ayudan a mitigar sus consecuencias y a compensar las posibles pérdidas que deba afrontar la organización.