La responsabilidad civil medioambiental se fundamenta en la Ley 26/2007, de 23 de octubre, y establece la responsabilidad ilimitada que obliga a prevenir con medidas urgentes los daños a los recursos naturales y, en su caso, reparar los recursos naturales para devolverlos a su estado original.
Ejemplos de Responsabilidad Civil por daños al medio ambiente
La Ley de Responsabilidad Medioambiental establece distintos tipos de daños:
- Daños a las especies silvestres y a los hábitats. Comprenden cualquier daño que produzca efectos adversos significativos en la posibilidad de alcanzar o de mantener el estado de conservación de estos recursos naturales, como puede ser la expulsión de gases especialmente tóxicos en un área protegida que puede derivar en la emigración de ciertas aves.
- Daños a las aguas. Se considerará como tal cualquier daño que produzca efectos adversos significativos en el estado ecológico, químico y cuantitativo de las masas de aguas superficiales o subterráneas, así como en el potencial ecológico de las masas de aguas artificiales y muy modificadas. Se produce, por ejemplo, cuando una industria sufre algún escape de vertidos tóxicos que acaban en un río.
- Daños a la ribera del mar y de las rías. Son los daños que produzcan efectos adversos significativos sobre la integridad física y adecuada conservación de estos recursos, así como los que impliquen dificultad o imposibilidad de conseguir o mantener su adecuado nivel de calidad. Este es el caso de nuevas construcciones en ciertas zonas del litoral que están protegidas.
- Daños a los suelos. Engloba cualquier contaminación del suelo que suponga un riesgo significativo de que se produzcan efectos adversos para la salud humana o para el medio ambiente. En este caso la ley es muy concreta al determinar que debe producirse por el depósito, vertido o introducción directos o indirectos de sustancias, preparados, organismos o microorganismos en el suelo o subsuelo.
Responsabilidad civil objetiva
La responsabilidad civil objetiva establece que un sujeto, sin ser causante directo del daño, es responsable del mismo, al haber existido la posibilidad de evitarlo. Tiene, por tanto, obligación de responder, resarcir o indemnizar por el daño medioambiental causado.
Se deja, por tanto, a un lado la intención del causante y se refuerza la responsabilidad derivada por el mero desarrollo de su actividad económica, con independencia de cual fuese su intención original.
Responsabilidad civil subjetiva
La responsabilidad civil subjetiva determina que un sujeto es causante del daño por haberlo provocado de manera directa, de modo que en el sujeto incurre culpa, negligencia o dolo. Tienen obligación de restituir el daño medioambiental causado por su actividad económica, para lo que es suficiente demostrar el nexo causal entre la actividad de la empresa y el daño en cuestión.
Sanciones de responsabilidad civil por daños al medio ambiente
Las empresas que cometan daños sobre el medio ambiente se exponen a sanciones que van desde multas económicas hasta responsabilidad penal, dependiendo del grado de daño causado, las medidas obviadas a pesar de ser exigidas y la negligencia que se haya cometido.
En el caso de infracciones graves la multa puede ser de hasta 50.000 euros o la suspensión de la actividad hasta por un año, y para las muy graves, de hasta 2 millones de euros o la suspensión de la actividad hasta dos años. Además de esto, la empresa responsable deberá hacerse cargo de la reparación de los daños, y tomar las medidas necesarias para evitar que se repitan.
¿Es obligatorio contratar un seguro de Responsabilidad Civil Medioambiental?
Ley de Responsabilidad Medioambiental determina la necesidad de constituir un fondo de compensación de daños medioambientales para empresas que actúen en determinadas actividades económicas. Existen varias formas de hacerlo, pero la más habitual es contratar un seguro de responsabilidad medioambiental.
Entre las empresas para las que resulta obligatorio contar con esta garantía están las dedicadas a la gestión de residuos; al vertido de residuos; al tratamiento de aguas; a la fabricación, utilización, transformación, embotellado, transporte u otras actividades relacionadas con materias peligrosas; o las relacionadas con industrias extractivas, entre otras.
Tipos de empresas que necesitan un seguro de RC Medioambiental
Las empresas que trabajan con productos altamente tóxicos y contaminantes son las más expuestas a los riesgos medioambientales, y, por lo tanto, las que más necesitan contratar un seguro de RC Medioambiental, sea cual sea su tamaño y sector. Además, las compañías de transporte o de servicios pueden ver incrementado el riesgo debido a las cambiantes condiciones del entorno en el que trabajan.
También es muy recomendable para aquellas no tan relacionados con riesgos medioambientales, pero que ocasionalmente trabajan en entornos sensibles, como las constructoras que levantan un refugio en un parque natural.
Asimismo, no hay que pensar que este tipo de incidentes incumben solo a las grandes empresas, pues las pymes también tienen capacidad de generar daños medioambientales y necesitan una garantía que cubra los grandes costes a los que se pueden ver expuestos y que, en ocasiones, pueden superar su capacidad económica.
Ventajas del seguro de Responsabilidad Civil por daños al medio ambiente
Si bien el fondo de compensación obligatorio para ciertas empresas puede constituirse a través de una garantía financiera, es mucho más económico y eficiente contratar un seguro de responsabilidad medioambiental. Así, no solo se cumple con la normativa, sino que, además, se produce una transferencia del riesgo y al mismo tiempo se protege la imagen de la empresa, que se puede ver muy afectada por un incidente de esta naturaleza.
No obstante, las reclamaciones por daños medioambientales, que normalmente interponen ayuntamientos, administraciones públicas y organizaciones ecologistas, suelen ser muy costosas, por lo que es muy recomendable contar con un seguro que se encargue de reparar e indemnizar sin que el patrimonio de la compañía se vea comprometido. Eso sí, siempre que el empresario haya aplicado todas las medidas de prevención necesarias para evitar el daño, a pesar de las cuales, este ha tenido lugar. En caso contrario, la aseguradora no cubrirá el percance.
