La reputación corporativa es un aspecto de gran importancia para las empresas, ya que de ella depende la percepción del público y, por ende, la trayectoria financiera de la compañía, ya que es vital para potenciar el negocio. Veamos en qué consiste y cómo desarrollarla.
La reputación corporativa es la imagen que proyecta una empresa cara al público y a sus grupos de interés y la percepción que estos tienen de la misma, por las acciones internas y externas que desarrolla la propia compañía.
Esta reputación está formada por unos aspectos intangibles como la ética de la empresa, la honestidad, los servicios que se ofrecen, la imagen corporativa, las relaciones laborales, la innovación que se implementa, los valores con los que se identifica, etc. En definitiva, toda una serie de aspectos que aportan un gran valor para la empresa, por lo que hay que saber cómo gestionarlos y medirlos.
¿Cuál es la importancia de la reputación corporativa?
Aunque es un valor intangible, la reputación corporativa puede proporcionar ventajas estratégicas competitivas a la empresa, ya que puede actuar como elemento distintivo, marcando la diferencia entre lo que ofrece respecto a lo que proporcionan sus competidores, a la hora de que los consumidores o los inversores tengan que decidir por cuál decantarse.
No obstante, una buena reputación corporativa se traduce en la retención de los grupos de interés y, por tanto, en una mayor lealtad de clientes, trabajadores, inversores, accionistas, entes sociales, etc. Todo ello mejora la imagen de la compañía de cara a nuevos consumidores, lo que aumenta las posibilidades de venta y la obtención de mayores beneficios.
Cómo construir una buena reputación corporativa
Una buena reputación corporativa se construye abordando todas las facetas empresariales, desde los resultados económicos financieros, hasta la imagen de la compañía, pasando por su política de despidos o su responsabilidad social corporativa.
De hecho, existen una serie de elementos sobre los que se debe basar la reputación corporativa y que son los productos y servicios que se comercializan, el capital humano, las relaciones externas, una situación financiera óptima, el grado de innovación y los valores corporativos.
En base a ellos, se deben establecer una serie de pautas:
– Definir los objetivos, estableciendo los valores que se quiere que se identifiquen con la compañía.
– Analizar cómo es percibida la empresa desde un inicio por los grupos de interés, los consumidores y los inversionistas.
– Hacer mediciones y monitorizaciones para poder detectar a tiempo los incidentes y establecer soluciones rápidas.
– Saber comunicar los logros y compromisos de la empresa al público, reforzando los aspectos ya conocidos, para que se potencien los que se quieren resaltar en un futuro.
¿Qué genera una mala reputación en una empresa?
La reputación corporativa puede verse afectada por incidentes que generen una crisis y que no sea bien resuelta. Por eso, cuando se produce, muchas empresas cuentan con una estrategia para paliar los daños reputacionales que, irremediablemente, una crisis reputacional conlleva, por sus serias implicaciones financieras, además de salida de inversiones, huida de clientes, pérdida de talento laboral…
En cualquier caso, son muchos los sucesos que pueden derivar en una mala reputación por parte de la compañía, como la mala calidad de los productos que se comercializan, las prácticas poco éticas de sus directivos, los despidos masivos, el escaso compromiso con el cuidado medioambiental, el incumplimiento de regulaciones, las malas condiciones laborales, las informaciones negativas en las redes sociales, etc.
En ocasiones las empresas terminan acudiendo a agencias de marketing y comunicación especializadas en gestión de crisis para que se encarguen de restaurar la imagen corporativa y mitigar el impacto de una crisis reputacional.
Además, existen algunos seguros, como los ciberriesgos, los de responsabilidad medioambiental o D&O, que cuentan con coberturas para cubrir ciertos aspectos relacionados con la reputación de las compañías, como acciones para recuperar la imagen corporativa o asesorías ante crisis reputacionales.
¿Cómo conocer la reputación de una empresa?
Para conocer la reputación de la empresa existen una serie de parámetros que ayudan a saber cómo es percibida la misma, así como sus servicios y productos:
- Opinión favorable de terceros, pero no solo de los clientes, sino también de otros actores del mercado, como inversores, proveedores o competidores.
- Fidelidad del cliente, para saber el grado de satisfacción de los consumidores con el producto y la capacidad de recomendación.
- Cobertura en medios de comunicación, ya no solo inserciones publicitarias, sino informaciones en torno a la compañía y el tono positivo o negativo de las mismas.
- Relación con el entorno, tanto empresarial como social, para saber el grado de integración de la compañía con el ecosistema en el que opera.
- Relaciones con los reguladores, ya que la buena armonía con los mismos, así como el cumplimiento de las obligaciones fiscales y legales, son determinantes en la imagen corporativa.
Índices de reputación empresarial, elaborados por empresas especializadas en valorar la reputación corporativa, analizando los diversos factores que afectan a la misma.