Te explicamos qué es un contrato o acuerdo de confidencialidad (NDA) y qué implicaciones legales tiene incumplir este tipo de contratos.
En la era de la digitalización y el acceso masivo a la información, los datos se han convertido en uno de los activos más valiosos para empresas y organizaciones. En este contexto, los contratos de confidencialidad cobran una importancia vital como mecanismo para proteger secretos comerciales, estrategias empresariales o datos personales que obran en manos de las entidades.
Y es que, el incumplimiento de estos acuerdos no solo pone en riesgo la integridad de la información, sino que puede acarrear graves consecuencias legales. Por eso, comprender qué es un contrato de confidencialidad, cómo se estructura, qué protege y qué sucede cuando se incumple, es esencial, tanto para empresas como para particulares.
En este artículo analizamos lo que es un contrato de confidencialidad, cómo se estructura y los tipos que existen, qué datos puede proteger o las implicaciones legales en las que se puede incurrir por su incumplimiento, así como las herramientas que ayudan a mitigarlo, como un buen seguro de responsabilidad civil.
¿Qué es un contrato de confidencialidad o NDA?
Un contrato de confidencialidad, también conocido como NDA (Non-Disclosure Agreement) por sus siglas en inglés, es un documento legal en el que una o varias partes se comprometen a no divulgar cierta información confidencial a terceros. Este tipo de contrato tiene como objetivo principal proteger datos sensibles o confidenciales que se comparten con fines comerciales, laborales, tecnológicos o estratégicos.
El contrato de confidencialidad establece los términos y condiciones bajo los cuales la información puede ser usada, almacenada o compartida, así como las consecuencias legales en caso de incumplimiento. Es utilizado habitualmente en contextos de negociaciones empresariales, relaciones laborales, desarrollo de productos o fusiones y adquisiciones.
En la mayoría de los países, los contratos de confidencialidad están respaldados por normativas específicas. En el caso de España, les afecta el Código Civil, el Código de Comercio , la Ley de Competencia Desleal, y la Ley de secretos empresariales.
¿Qué diferencia hay entre contrato de confidencialidad y un acuerdo de no divulgación?
Aunque en algunos contextos se utilizan términos distintos -como contrato de confidencialidad y acuerdo de no divulgación-, a efectos prácticos suelen ser sinónimos. Ambos buscan proteger información confidencial, aunque en algunos casos puede haber matices en el lenguaje legal. Por ejemplo, “acuerdo de no divulgación” puede usarse más en entornos anglosajones o cuando el enfoque está más en la prohibición de revelar información que en el marco contractual que implica el término “contrato ”.
¿Cómo se estructuran los contratos de confidencialidad?
Sin perjuicio de que cada acuerdo tiene sus disposiciones específicas adaptadas al contexto y a las partes involucradas en el mismo, los contratos de confidencialidad suelen seguir una estructura estándar cuyos elementos clave son:
- Identificación de las partes: Fijar quiénes son los firmantes y cuál es su rol (emisor o receptor de la información).
- Definición de información confidencial: Establecer qué es lo que se considera confidencial y qué quedaría fuera de esa categoría.
- Obligaciones de confidencialidad: Qué deben o no deben hacer las partes firmantes con la información.
- Duración del acuerdo: Se puede establecer el tiempo mínimo durante el cual se mantendrá la confidencialidad, incluso después de terminada la relación contractual.
- Exclusiones: Determinar aquella información, o parte de esta, que no se considera confidencial.
- Medidas de seguridad: Se determinará cómo debe protegerse la información.
- Consecuencias por incumplimiento: Se definirán las sanciones legales o pactadas que se aplicarían.
- Jurisdicción y legislación aplicable: Es importante reflejar cuáles son las normativas que rigen el contrato y ante qué tribunales se resolverían las posibles disputas.
Tipos de contrato de confidencialidad
Los contratos de confidencialidad pueden clasificarse de distintas maneras.
Así, según el flujo de información e intervinientes podrían ser:
- Unilateral: Una sola parte se compromete a mantener la confidencialidad. Por ejemplo, un empleado o colaborador que recibe información de la empresa.
- Bilateral o mutuo: Ambas partes intercambian información confidencial y se obligan mutuamente a no divulgarla.
- Multilateral: Tres o más partes comparten información y acuerdan mantenerla en secreto.
Según el contexto comercial:
- Entre empresas: En colaboraciones estratégicas, desarrollo conjunto de productos, fusiones o licencias tecnológicas.
- Para empleados: Muy común en contrataciones, especialmente para cargos con acceso a información sensible.
- Para nuevas ideas de negocio: En entornos de inversión o incubadoras de startups.
- Para fusiones y adquisiciones: Durante auditorías previas a la compra de una empresa.
¿Qué tipo de información puede protegerse con un contrato de confidencialidad?
Los contratos de confidencialidad permiten proteger una amplia variedad de información que se puede catalogar de sensible, como puede ser:
- Datos personales: Información identificativa de empleados, clientes o proveedores.
- Información de clientes: Bases de datos, historiales, preferencias.
- Secretos empresariales: Procesos, fórmulas, know-how o técnicas exclusivas.
- Propiedad intelectual: Ideas, algoritmos, diseños o software.
- Información financiera relevante: Estados contables, inversiones, presupuestos.
- Información sobre productos o servicios en desarrollo: Prototipos, planes de lanzamiento, especificaciones técnicas.
- Información estratégica: Planes de marketing, expansión comercial, adquisiciones.
Implicaciones legales al incumplir un contrato de confidencialidad
El incumplimiento de un contrato de confidencialidad puede tener consecuencias legales que varían según la legislación del país, la naturaleza del daño y lo pactado o estipulado en el contrato. Entre las sanciones más comunes se encuentran:
- Sanciones económicas: Multas o indemnizaciones establecidas en el contrato, o determinadas por una sentencia judicial en función de los daños causados.
- Daños punitivos: En algunas ocasiones se establece una indemnización por daños punitivos, adicional a los daños y perjuicios, si se prueba mala fe o intención dolosa. Su objetivo es ser ejemplarizante.
- Daños por infracción: Reembolso por el lucro cesante o el daño real causado a la parte afectada.
- Consecuencias penales que dictaminaría el juzgado competente: En casos graves, como la filtración de información privilegiada, puede haber incluso consecuencias penales.
Además, la reputación de la parte infractora puede quedar seriamente dañada, lo que puede dificultar futuras relaciones comerciales o profesionales.
Como reducir el riesgo por incumplimiento
Para minimizar el riesgo de incumplir un contrato de confidencialidad, tanto empresas como personas físicas pueden adoptar diversas estrategias, como pueden ser:
- Redacción clara y personalizada: Usar un contrato de confidencialidad modelo como base, pero adaptarlo al caso específico y cuya redacción sea comprensible para todas las partes.
- Formación a empleados y colaboradores: Es importante transmitir a los trabajadores la importancia de la confidencialidad y enseñarles a manejar la información confidencial.
- Implementar medidas de ciberseguridad: Como sistemas de acceso restringido, encriptación y trazabilidad de datos