Hace meses comentamos el endurecimiento del mercado de Responsabilidad Civil de Administradores durante y después de la pandemia del Covid 19, que en gran parte no solo estaba motivado por la pandemia sino por el deterioro de los resultados de las aseguradoras durante los años previos a la misma.
Fueron muchos años de mercado muy blando, con importantes reducciones de primas y aumento de coberturas, que cuando coincidieron con un severo incremento de la siniestralidad, redujeron drásticamente los resultados técnicos de muchas aseguradoras e incluso algunas entraron en pérdidas. Los actuarios requirieron un incremento sustancial de primas junto con reducciones de capacidad y coberturas.
Es cierto que en este escenario influenció considerablemente la crisis del Covid 19, afectando a todos los sectores pero penalizando en gran medida a ciertas actividades con mayor exposición a esta situación, pero el Covid no fue la única causa.
Los asegurados sufrieron mucho para renovar sus programas y en muchos casos no encontraron las capacidades contratadas hasta entonces o no pudieron contratarlas a los precios que el mercado asegurador ofrecía.
Nuestros clientes no entendieron que se pasara de una situación durante años de continuas bajadas de primas e inclusión de nuevas coberturas de forma gratuita a no poder encontrar los límites y coberturas mínimas que solicitaban.
Las primas en España alcanzaron un nivel técnico aceptable para los actuarios y al cabo de dos años, las actividades más penalizadas por su exposición al Covid, una vez superada la crisis, se estabilizaron en niveles aceptables tanto para el asegurado como para el asegurador.
No habiendo pasado ni dos años de esa extrema situación estamos viendo estos últimos meses como algunos actores del mercado están atacando cuentas con unos descuentos de más del 60% con el único fin de conseguir una cuota del mercado en el menor tiempo posible.
Estamos viendo otra vez en renovación de programas unas primas muy por debajo de los requisitos técnicos y no solo en actividades menos expuestas sino en sectores de mayor riesgo.
Conseguir una cuota de mercado con una cartera infra tarificada no tiene mucho recorrido, por muy solventes y potentes que sean los grupos empresariales a los que pertenecemos. Todo grupo empresarial lo que busca es proporcionar una rentabilidad a sus accionistas y en nuestro mercado una pequeña variación en la siniestralidad puede hacer que la operación sea deficitaria, más aún cuando hablamos de carteras de un tamaño medio.
Si esto sucediera, volveríamos a la situación previa al Covid, habiendo pasado tan solo cinco años de aquello.
Aunque parezca paradójico el principal perjudicado vuelve a ser el asegurado que verá como sus primas se incrementan en más de un 200% y sus coberturas se vuelven a restringir.
Deberíamos haber aprendido de nuestros errores pasados.