Mala praxis profesional: qué es y cómo actuar

Persona utilizando un microscopio

Cuando nos ponemos en manos de un profesional, sea del ámbito que sea, siempre confiamos en su buen hacer. Damos por hecho que su formación y titulación le habilita para ser competente en el desarrollo de su actividad.

Sin embargo, nadie es perfecto, y los errores profesionales se producen irremediablemente, y con más frecuencia de la que desearíamos. Los ámbitos de la medicina, la abogacía o la gestión administrativa son los más representativos, pero ninguna profesión está exenta de estos errores.

Lo que se conoce como mala praxis profesional puede desembocar en un quebradero de cabeza, no solo para quien la sufre, sino también para quien la lleva a cabo.

Conozcamos a continuación qué es la mala praxis profesional, cuándo se produce, los tipos que existen o cómo enfrentarnos a una reclamación por esta práctica.

Mala praxis: Significado

La mala praxis profesional se define como la responsabilidad que debe asumir un profesional por los actos realizados con negligencia en el desarrollo de su actividad.

Se trata de actuaciones que se pueden producir por acciones irregulares u omisión de las mismas, por no atender a las normas y principios habituales de la profesión, por descuidos, o por falta de preparación en un campo determinado.

En todos los casos, debe haber un perjuicio cuantificable para la persona o entidad que sufre la mala praxis profesional. De hecho, la mala praxis es una actuación que cuenta con un gran número de sentencias dictadas por los tribunales españoles. La condena por estos hechos conlleva generalmente una indemnización económica cuantiosa a los afectados por los daños causados, así como por los ingresos dejados de percibir a consecuencia de los mismos.

Primer plano de mano de un doctor y una paciente

Diferencia entre negligencia y mala praxis

Son dos términos muy vinculados. La negligencia profesional, en general, es un tipo de mala praxis que se produce por incumplir los principios técnicos y legales en los que debe desarrollarse una profesión.

No obstante, en algunos campos, sobre todo en el mundo anglosajón, se distinguen en ocasiones ambos términos con un matiz diferenciador. Así, se entiende que se produce negligencia cuando se comete un error de forma involuntaria, sin mala intención, mientras que la mala praxis se daría cuando se puede prever, por parte de quien realiza la acción, que esta puede ser equivocada; es decir, puede ser en cierta medida deliberada.

Cuándo hay mala praxis

Para que se produzca mala praxis deben concurrir varios factores:

  • Un incumplimiento de la “Lex Artis”, o conjunto de reglas técnicas a que ha de ajustarse la actuación de un profesional en el ejercicio de su actividad.
  • La existencia de un daño físico, moral, o económico. Si no existen repercusiones de este tipo, la mala praxis no se da como tal.
  • Que se demuestre que los daños causados provienen, efectivamente, de la mala praxis.
  • Que los daños causados sean cuantificables. Es imprescindible que se pueda establecer una indemnización económica, aún en aspectos tan abstractos como los daños morales sufridos a causa de una mala praxis profesional.

Dos personas sentadas en una mesa manteniendo una reunión de trabajo

Tipos de mala praxis y ejemplos

Mala praxis médica

Es la más habitual, o al menos la más conocida. Sin duda, por su repercusión directa en la salud de las personas. Dentro de la mala praxis médica se pueden distinguir tres tipos de actuaciones:

  • Negligencia médica. En el lenguaje jurídico se refiere al incumplimiento deliberado, tanto por acción como por omisión, de los principios de la profesión.
  • Impericia médica. Se da cuando el profesional no está preparado por falta de conocimientos técnicos, de experiencia o de habilidades para desarrollar una acción médica. Por ejemplo, llevar a cabo una intervención quirúrgica que no es de la especialidad médica del profesional que la realiza.
  • Imprudencia médica. Cuando se realiza una acción saltándose ciertas precauciones y sin calcular las consecuencias de ello. Por ejemplo, el abandono del turno de guardia de un médico sin justificación alguna.

Mala praxis abogado

La negligencia en este caso se produce cuando un abogado comete un error, omisión o incumplimiento del deber con el cliente, que da lugar a un resultado legal negativo o a una pérdida económica relevante para este. Todo ello emana del hecho de que la relación entre el abogado y su cliente se plasma en un contrato de arrendamiento de servicios del que, por tanto, se derivan una serie de obligaciones para ambas partes. Algunos ejemplos de mala praxis de abogados serían:

  • No informar al cliente del estado del procedimiento.
  • Olvidar reclamar las indemnizaciones a las que tenga derecho el cliente.
  • Dejar prescribir las acciones beneficiosas para el cliente.

Mala praxis administrativa

Por ejemplo, por habituales también, las que afectan a gestores administrativos y que tienen consecuencias directas para sus clientes. Algunos casos que podrían darse son:

  • No presentar, o hacerlo fuera de plazo, los impuestos.
  • Errores en la confección de nóminas.
  • No interponer un recurso a favor del cliente.

Cómo reclamar mala praxis

Ante una mala praxis profesional, el afectado puede:

  • Recurrir ante el colegio profesional de que se trate.
  • Acudir a organismos oficiales (por ejemplo, hospitales en el caso de mala praxis médica).
  • Dirigirse directamente al profesional o empresa causante en aras de buscar un acuerdo amistoso.
  • En último término, acudir a la vía judicial. Ante una mala praxis profesional, la ley nos permite actuar por vía penal, civil o contencioso-administrativa, según el tipo de daño que se haya sufrido.

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